sábado, 5 de abril de 2008

La epidemia invisible: el Malhumor un malestar cronico



El malhumor es un malestar crónico, fruto de una alteración de la química cerebral. Los expertos informan que se conocen los motivos anatómicos y fisiológicos que generan el malhumor. Este se considera un padecimiento con fundamento orgánico, más cercano a la depresión que al mal carácter.

Prolongado en el tiempo, se convierte en un padecimiento muy complejo. Pasa de ser una simple reacción superflua ante un hecho preciso para convertirse en un malestar crónico. Este mal impide disfrutar de la vida, afecta la salud y deteriora relaciones interpersonales. Una epidemia invisible que cada vez cuenta con más pacientes. Los motivos anatómicos y fisiológicos que lo generan se conocen y ya existen tratamientos muy eficaces para combatirlo.

El malhumor es un padecimiento que debe estudiarse desde diferentes frentes por tener causas y consecuencias a nivel psicológico, neuroquímico, endocrino e inmunológico. Esta relacionado con un funcionamiento particular del cerebro y un déficit hormonal.Producto de una alteración de la química cerebral que repercute en el carácter, los tratamientos con fármacos y psicoterapias resultan muy eficaces.

Científicamente, la disforia (malhumor), es un trastorno del ánimo caracterizado por un estado recurrente de insatisfacción, ansiedad, irritabilidad e inquietud. Estas emociones están ligadas a un neurotransmisor llamado dopamina, asociado a la gratificación y la saciedad. Por eso los tratamientos apuntan a recomponer su equilibrio cuando hay un desarreglo.

Desde el punto de vista químico, el placer depende de dos sustancias (la dopamina y las endorfinas), cuyos niveles son bajos en las personas que tienen malhumor.

Desde el punto de vista psicoanalítico, un malhumorado es alguien que no responde según sus ganas; no está en contacto con su deseo y vive en estado de frustración. Además, vive en un espacio de agresión constante. Siempre se siente atacado o agredido, por lo cual se encierra y se pone a la defensiva.

No todos corren el peligro de caer en las garras del malhumor. Hay sujetos más propensos a sufrir malhumor crónico: los hipersensibles, por vivir siempre en estado de alerta y tensión; los perfeccionistas, por sus agudos niveles de exigencia y su frecuente insatisfacción; los depresivos, por su sentimiento repetido de desaliento; los obsesivos sobre todo aquellos que tienen obsesión por el orden y la simetría y se sienten contrariados y hasta violentos cuando alguien cambia algo de lugar.

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